Por debajo de las calles hubo un incendio de grandes proporciones. La ceniza y el humo brotanban de la tierra, la gente huyeron de sus hogares, y una vez un pueblo lleno de actividad es ahora un pueblo fantasma. Suena como la apertura de la popular serie de videojuegos Konami Silent Hill que fue inspirado por esta ciudad, pero para el pueblo de Centralia, Pensilvania, esto es una triste realidad.

 

Las primeras minas de carbón se iniciaron en 1856. En la década de 1950, cerca de dos mil personas fueron llamadas a Centralia como mano de obra. Luego, en mayo de 1962, la mina de debajo  la ciudad se incendió. Se cree que el fuego comenzó cuando la ciudad decidió quemar la basura en el relleno sanitario. El incendio de la basura viajó a través de una grieta hacia la mina donde se incendiaron los grandes depósitos de carbón. Alimentándose de carbón y del oxígeno a través de las aberturas de los pozos de la mina, el fuego rugía fuera de control.

Durante los siguientes dieciséis años la ciudad trató de extinguir el incendio justo por debajo de sus pies. Pero no importa lo mucho que lo intentara, otra columna de humo y fuego surgía de la tierra en alguna otra parte de la ciudad. Muchos de los residentes comenzaron a experimentar desmayos por el monóxido de carbono, dióxido de azufre y metano que comenzarón  a filtrarse fuera de las grietas en el suelo.

 Uno a uno los habitantes del pueblo no vieron otra alternativa que abandonar sus hogares para siempre. La verdadera magnitud de la situación no habría llegado a los medios de comunicación hasta 1979, cuando comenzaron a registrar temperaturas de 180 grados Fahrenheit en la superficie del suelo. A continuación, en el Día de San Valentín 1981 un niño de doce años de edad, casi murió cuando se cayó en un pozo de vapor creado por el incendio de la mina.